Este fin de semana por fin he subido en el teleférico de Fuente Dé (Cantabria). Hacía tiempo que me habían recomendado Fuente Dé y como ví en el mapa que su ubicación no estaba lejos de Potes, reservé alojamiento en una de las posadas de alrededores para dormir el sábado y aprovechar el viaje para visitar también Potes.
El teleferíco de Fuente Dé
El camino ya me iba gustando y nada más llegar a Fuente Dé al ver la enorme pared de roca de 800m. de altura me di por complacido y di gracias de haber hecho caso al amigo que me recomendó venir a Fuente Dé (eskerrik asko Bilbo ;).
Eso si, el precio del teleférico de Fuente Dé me pilló por sorpresa: cuesta 16€ subir y bajar y 10€ solo subir (no me pareció barato). Como el tiempo anunciaba riesgo de lluvias para el mediodía no arriesgué y decidí comprar el billete de ida y vuelta… Y mereció la pena! mirad si no esta vista desde lo alto, nada más bajar del teleférico:
O estas dos otras panorámicas!
O esta foto con la Peña Remoña a la derecha:
Posada Rural La Trébede
El lugar que élegí para dormir, la Posada Rural La Trébede, fue una gran elección. Es una casa rural rural por fuera en apariencia, con todo el encanto de una casa del siglo XVII, pero con camas grandes nuevas y comodas, duchas con agua caliente y mucha presión, wifi, TV…
Y unas vistas espectaculares desde tu habitación. Tuve que hacer dos fotos y un video porque el contraluz hacia imposible captar en una sola imagen el espectacular paisaje con los Picos de Europa al fondo, que estaba contemplando nada más despertar.
Potes
A Potes, también hacía tiempo que quería ir y no me defraudó. Me gustó mucho la arquitectura de las casas y los puentes que dividen el pueblo.
Sin embargo, hubo una “trampa” en Potes en la que caí como un pardillo: Potes, como comentaba antes es muy bonito desde hace muchos años y eso ha atraido mucho turismo, no hay más que ver la forma en la que anuncian sus menús la mayoría de restaurantes… y esa justo fue la trampa en la que caí. Fui a comer a uno de estos restaurantes que anunciaban su menú a 11€ y no me gustó lo que pedí. Me pareció que la lasaña y las albondigas caseras que pedí eran congeladas de supermercado. Menos mal que también pedimos un cocido Lebaniego (13,5€), que dió un poco la talla.
Y digo que caí en la “trampa”, porque más que por las ofertas de los carteles de menús, en Potes hay que fijarse en los restaurantes en los que se vea mucho ambiente. Estos restaurantes no tienen cartel en la calle indicando los precios, pero sabes que aunque vayas a tener que esperar un poco a que te atiendan por lo menos lo que te sirven está delicioso.
Justo del vino y plato de ibéricos variados con queso que nos sirvieron en el restaurante Casa Cayo no tengo foto, pero aquí sí que había ambiente y comí rico 🙂