Me desperté bastante dolorido, tenía un pie con una herida que cada vez era más profunda debido al roce con la bota. Ya estaba cerca del final de la expedición, ruta, aventura peregrinación o como queráis llamarlo, y aunque el cielo estaba nuboso me puse a andar e inicié la ruta hasta que al de un cuarto de hora empezó a llover intensamente.
Me puse el chubasquero y el cubremochila y reinicié la caminata dirección Leazkue, de Leazkue hacia Letuain y de aqui a Burutain. Fue el tramo hasta llegar a Burutain lo que comenzó a desmoralizarme… estaba cayendo un diluvio incesante y yo andando por hierbas de casi un metro empapado hasta los huesos empezaba a pensar que en estas condiciones no llegaría a Iruña, era una etapa larga y si ya empezaba a dudar, mal iba. A pesar de todo no desistí y seguí el camino, aunque decidí salir de la ruta del Camino de Santiago para seguir andando por la carretera general. Ahora no me calaba las piernas como cuando iba por el sendero pero el camino ya no tenía el encanto que esperaba (camiones, autobuses, coches y motos no dejaban de pasar por al lado mio) pero llegué a Iruña, que en ese momento estaba en plenas fiestas de San Fermín con gente celebràndolo y bebiendo en la calle.
Yo estaba derrotado de fuerzas como para seguir el ritmo de los que estaban de fiesta pero me alegró ver el ambiente, para terminar el periplo por el Camino de Baztan.